GRITOS TERAPIA

CALIDAD
DE VIDA

Las emociones son un aspecto fundamental en la vida de una persona.

Son parte de la vida diaria de todos y afectan la calidad de vida.

Contribuyen activamente, a nivel consciente o inconsciente, al bienestar psicofísico de la persona.

Es fundamental para mantenerse sano y tener una buena calidad de vida, reconocer las propias emociones, saber manifestarlas y elaborarlas para que contribuyan positiva y constructivamente a nuestra vida, incluso en el caso de emociones complejas que provocan sufrimiento (como tristeza, ira, dolor,...).

Reprimir las emociones es malo para nuestro bienestar: la ira, la frustración, la tristeza, el dolor y los sentimientos no expresados pueden provocar dolores de cabeza, tensión muscular, problemas digestivos, gastritis, trastornos de la alimentación, problemas intestinales, insomnio, ansiedad, depresión y otros problemas graves.

Pero también reprimir la alegría, la euforia, el amor, puede alterar el equilibrio de nuestro bienestar psicofísico: dificultad para conciliar el sueño, hiperactividad física y psíquica,...

El malestar interior, en particular, no abordado correctamente, se somatiza y puede convertirse en un problema de salud.

Gritar puede ser una de las formas de canalizar las emociones hacia el exterior en un gesto fuertemente liberador.

La terapia de gritos es, de hecho, un enfoque psicosomático de las emociones psíquicas que es difícil de "desechar". De hecho, el grito es un remedio comprobado para el dolor emocional gracias a los mecanismos fisiológicos y psíquicos que activa y que nos brindan alivio.

POR QUÉ GRITAR ES BUENO:

  • ayuda a bajar la presión arterial;
  • contrarresta la ansiedad y la depresión ayudando a bajar los niveles de cortisol y, en consecuencia, el estrés percibido, liberándonos de toxinas dañinas y desencadenando un proceso que nos devuelve al buen humor gracias a la sensación de ligereza inmediata tras la descarga;
  • libera una serie de mecanismos hormonales que nos hacen sentir mejor;
  • ayuda a reconocer las propias emociones conscientes y reprimidas, enfrentándolas con más conciencia, claridad mental, comprendiéndolas, aceptándolas, expresándolas sin vergüenza y transformándolas;
  • mejora la respiración;
  • aumenta el tono de la voz y la capacidad de autorregulación voluntaria del tono y volumen de la propia voz;
  • estimula las expresiones faciales;
  • desbloquea el diafragma

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